La actitud positiva y la vitalidad no te las va a arrancar nadie ni nada. Tu primer combate diario es contra cualquier dolencia o achaque, contra el cansancio general que quiere arrastrarte al sofá y contra todo lo que se quiera poner por delante de tu disfrute de la vida.
A menudo, sentimos admiración por esas personas que, pese a padecer dolencias como la esclerosis múltiple, la artrosis o la fatiga crónica, se levantan cada día alegres y con un saquito lleno de buen ánimo que les da para dar y tomar. Son un ejemplo maravilloso para todas aquellas personas que, por diferentes razones, quieren tirar la toalla a la mínima dificultad. Si me pasara a mí, piensan algunos, estaría en la cama todo el día, lamentándome.
El cansancio, como el dolor, tiene un efecto desestabilizador y limitador. Ambos actúan sobre el ánimo incluso más que sobre el cuerpo de ahí que la lucha contra la fatiga empiece en tu cabeza. ¿Te apuntas a desarmarlo?
- Sigue adelante, siempre adelante
Como dicen los ingleses, y se ha puesto de moda en nuestro propio idioma, keep going! Sigue adelante, tú puedes conseguirlo. Lo puedes aplicar a muchas facetas de tu vida, para conquistar tus metas, para no dejarte vencer por el cansancio.
- Date un capricho
¿Qué mejor manera de superar una dificultad que con un premio? Muchas tareas son ingratas o te pueden resultar aburridas o poco inspiradoras. En estos casos, lo mejor es que, al final, obtengas una pequeña y sencilla satisfacción.
- Exígete un poco más pero no demasiado
Las metas que busques tienen que ser realistas, alcanzables. Si estás cansado, si sientes que tienes pocas fuerzas para enfrentarte a una tarea, intenta simplificarla, abordarla de otra forma. Sé creativo, puede darte la clave para conseguir lo quieres de una manera más sencilla.
- Improvisa
Salvo un puñado de cosas en la vida, casi todo tiene la capacidad de ser flexible. No siempre es el mejor momento para hacer lo que tenías pensado. Si tu cuerpo y tu mente están extenuados, intenta pedirles sólo lo que pueden dar.
- Autosugestiónate
Mejor que tú mismo, nadie va a conseguir. A veces esperamos que sean los demás los que nos den el empujoncito que necesitamos para el siguiente paso pero ¿has probado alguna vez a darte tú mismo ese empujoncito?
- Lo he hecho yo
Hay un principio psicológico de la mente humana que viene a decir que lo que haces tú mismo, cobra más valor en tu cabeza. Seguro que alguna vez has sentido esa sensación de orgullo del “lo he hecho yo con mis manos” o “lo he conseguido resolver yo solo”.
- No dejes para mañana…
Como dice el refrán, es mejor hacer hoy lo que está pendiente y no dejarse llevar por la inercia del cansancio o del hastío porque, probablemente, mañana te apetecerá aún menos hacerlo.
- Rodéate de un buen ambiente
Las buenas vibraciones de las personas que te rodean seguro que te sirven como acicate para ponerte en marcha. Sentirte a gusto contigo mismo y el lugar en el que estás también es muy importante para que el cansancio no te venza.
- Relájate y descansa
De vez en cuando, hay que saber desconectar y darse un respiro. Para, toma aire, mira a tu alrededor, dedícate tiempo y mímate si te hace falta, ¡al día siguiente estarás como nuevo y con ganas de emprender mil nuevas actividades!
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